¿Cómo nos afecta la ecología realmente a los humanos?

La ecología y las funciones humanas naturales deben estar plenamente integradas. Millones de años de procesos evolutivos deberían haber dado como resultado un equilibrio perfecto entre estos dos factores. Sin embargo, la incomprensión de la humanidad sobre la ecología en el nivel más básico es evidente. Y se está volviendo peligroso.

El principal comentario sobre este malentendido, por supuesto, es la nueva comprensión del calentamiento global, los peligrosos contaminantes en el aire, el suelo y el agua. Todo comienza con el primer desequilibrio ecológico: la suposición de que el ser humano tiene un estatus superior al de la ecología. La mejor analogía es con la piel que cubre el cuerpo humano. Encaja perfectamente en el sistema esquelético. Por lo tanto, el ser humano también debe integrarse en la esfera ecológica.

¿Por qué, entonces, es tan contradictoria la posición de tanta gente que condena cualquier avance en la preservación del equilibrio ecológico y natural? Es estúpido que muchas personas en el mundo prefieran hacer la vista gorda ante los daños ecológicos causados por sus acciones personales en luegar de usar por ejemplo tela canasta ecológica o de cáñamo. Durante muchos siglos se creyó que los vastos océanos se limpiaban solos. El vertido de residuos en el océano está en su punto álgido. Hasta que la ecología y la humanidad se enfrentaron a la catástrofe de los residuos peligrosos arrastrados a la costa, la muerte de un gran número de peces y vida marina, y el peligroso cambio del equilibrio ecológico hacia vastas masas de agua contaminadas no aptas para el baño y el consumo humano. Recientemente se ha descubierto que los arrecifes de coral del fondo marino están muriendo como consecuencia de la contaminación y el aumento de la temperatura del mar.

Pero los ataques no se detienen en la contaminación del agua. La contaminación atmosférica afecta a la ecología y a las personas al perturbar los procesos que sustentan la creación del mundo, en una especie de mutación lenta. Tras la destrucción de los bosques por la lluvia ácida y otros contaminantes peligrosos, el siguiente paso inevitable es la alteración del equilibrio ecológico de aves, insectos y otros animales. Lo que estas criaturas se alimentan ya no es el alimento natural necesario para el crecimiento y la fertilidad normales. Los humanos ven la mayor parte del resto del mundo animal de la Tierra con una actitud controlada de cuento de hadas. Los osos polares que se alimentan más cerca de los hábitats humanos, es decir, los osos negros y pardos, también se benefician de la comodidad de alimentarse de los cubos de basura, lo que perjudica su supervivencia ecológica. El suelo recibe un gran porcentaje de contaminantes procedentes del estilo de vida humano.

Un simple problema relacionado con la excesiva población de ciervos puede hacer que la gente se apresure a buscar partidas de caza para "adelgazar la manada". Los nativos americanos y otros pueblos indígenas conocían y comprendían profundamente la necesidad de respetar la ecología. Curiosamente, a medida que aumentaba el nivel de educación, la ecología y las personas dejaban de coexistir de forma compatible. La cuestión que se plantea es obvia: ¿podrá sobrevivir la vida en este planeta sin un cierto respeto por la ecología, o el constructo humano recurrirá a plantas y animales sintéticos para satisfacer sus necesidades? Cada vez hay más indicios de que los humanos han empezado a reconstruir lo que han destruido durante generaciones. Por ejemplo, la protección de los bosques tropicales y una aplicación más estricta de la normativa sobre las especies de plantas y animales en peligro de extinción. La ecuación ecológica existía mucho antes de que la inteligencia humana tuviera más control. Esta es la razón de la incomprensión. El ser humano debe ocuparse de todos los aspectos de la ecología sobre los que no tiene control para lograr un verdadero equilibrio ecológico.